Era una vacante y la acepté.
Durante el curso no pude optar a la continuidad para este año porque no estaba en la bolsa especial de Puestos Específicos.
Posteriormente se abrió esta bolsa y quedé incluido en ella en un buen lugar.
En el acto de adjudicación de puestos específicos a finales de julio, la vacante que yo ocupaba no salió.
A primeros de setiembre, al habérseme adjudicado vacante mediante el proceso informatizado y, ahora sí, estar incluido en la citada bolsa, y no habiendo aparecido nadie por el Instituto para ese puesto, el Director y la Jefa del Departamento de Orientación se personaron en Málaga para requerir que me la dieran argumentando que el trabajo era, eso, específico, y que yo lo había desempeñado el año anterior de manera más que correcta, quedando todos muy contentos conmigo(es la verdad).
La contestación fue que yo no estaba en la bolsa de Puestos Específicos ¿? ¡Claro que estoy!
Pero lo peor no es que no me la dieran... es que no la han dado a nadie.
O sea, que ocurrirá, seguramente, como el año pasado. Dentro de unos días llamarán a un interino -o interina, vale- que sin estar en la dichosa bolsa (como yo el curso anterior) luchará con un alumnado especial procedente en su mayoría de una barriada deprimida socioculturalmente y de un centro de menores abierto cercano.
Y la Delegación se ahorra dos o tres semanas de sueldo.
¿Para qué coño es entonces la Bolsa de Puestos Específicos de Compensatoria?
¡CALIDAD DE ENSEÑANZA!
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