¡Vivan las pizarras de siempre!

Pues sí, ya están aquí las pizarras digitales.

No tendrá otra cosa que hacer el delegado Escámez que presentar las PP. DD.

Corta vida les queda a las tradicionales. Pero yo me quedo con ellas, con las de toda la vida.

Recuerdo al maestro con su cuerdecita haciendo circunferencias perfectas en la pizarra, impregnando de tiza el hilo que, tirante, soltaba y dejaba el rastro de una recta sobre la pizarra... y esas discusiones entre nosotros para llegarnos a conserjería a por unas tizas o para ser el afortunado que limpiaba el borrador golpeándolo sobre el poyete de la ventana, entrando ese polvillo que tanto molestaba y que los demás aprovechaban para gritar... incluso cuando el profe (eso no está bien) le lanzaba una tiza o el borrador al porculero del final de la clase; o cómo se aprovechaba cualquier momento para dejar la firma o el mensaje obsceno en la pizarra con el consiguiente rebote del maestro...

y el follón que se armaba al molestar el reflejo de la luz sobre la pizarra (“yo no veo”... “Mariano, baja la persiana”... “pues ahora yo tampoco”... )... y la lucha de tizas y borradorazos entre clase y clase... y el robo de tizas para pintar en el suelo del patio... y la de voluntarios que había para llegarse a la clase de la señorita Clara a por el mapa político de Europa.

Así hemos estudiado muchos y hemos aprendido de verdad; pero, claro, “... con las pizarras digitales, los alumnos están más motivados en clase...”

¿MOTIVACIÓN? Motivación la de los alumnos de Secundaria del Instituto en el que estuve el año pasado cuando tenían clase de Sociales que la daba una profesora joven, guapa, con buen tipo y en minifalda... eso era motivación; no se perdía la clase ni uno... y, encima, atendían (o lo parecía).

Muchos ordenadores, aulas TIC, pizarras digitales, reglamentos, aulas matinales, comedores escolares, clases particulares de acompañamiento, excursiones, celebraciones, etc... y el fracaso escolar en auge.

¿Por qué no se quieren enterar que lo verdaderamente importante es la relación alumno-maestro?