Vivencias y reflexiones de un maestro en nuestra Andalucía contemporánea

jueves, 21 de julio de 2011

El novio de la muerte (versión interino jodido)


Sí, ya sé que desvarío. Se lo debo a... esos cabrones.

El novio de la muerte (versión interino jodido)

Nadie en la Junta sabía
quién era aquel interino
tan audaz y perseguido
que a la bolsa se alistó.

Nadie sabía su historia,
más de la Chica suponía
que un gran dolor le mordía
como un lobo, el corazón.

Más si alguno a veces se lo encontraba
con dolor y rudeza le contestaba:

Soy un hombre a quien Encina
hirió con zarpa de fiera;
al echarme de la bolsa,
no dejarme otra cosa,
el hijo puta de mierda.

Cuando más rudo era el fuego
y la pelea más fiera
defendiendo sus ideas
el interino avanzó.

Y sin temer al empuje
del Consejero exaltado,
supo morir como un bravo
y la cara levantó.

Y al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró el interino con voz doliente:

Soy un hombre a quien Encina
hirió con zarpa de fiera;
al echarme de la bolsa,
no dejarme otra cosa,
el hijo puta de mierda.


Cuando, al fin, le readmitieron,
ambos dos se encontraron
compartiendo el mismo claustro
de un colegio en la ciudad.

Y el interino le dijo
"...si algún día tienes guardia
y me solicitas cambiarla,
vete a la mierda, diré."

Y en el último día que se encontraban,
su postrera despedida le consagraba.

Por echarme de la bolsa,
sin escuchar mis excusas,
me hice un grano en tu ano,
te mandé mucho a la mierda y
que te den mucho... por culo.

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