Vivencias y reflexiones de un maestro en nuestra Andalucía contemporánea

lunes, 4 de julio de 2011

Desayunos en el trabajo

9 de la mañana.


Cafetería próxima a Torretriana.


Recién terminadas las vacaciones.


Dos elementos de mediana edad, tripa pronunciada, traje y corbata.


Platos y tazas del desayuno vacíos sobre la mesa.


Ambos con una copa de Magno en una mano y en la otra un purito.


-¿Sabes qué? Estoy pensando en hacer una reunión... un congreso sobre el éxito escolar.

-No, hombre, no. Será sobre el fracaso escolar.

-Ya; pero sobre el fracaso ya se hacen muchas cosas. Yo quiero presentar uno sobre el éxito, a ver si me lo aprueban y...

-Bueno, métele algo... sobre los colegios... yo qué sé... la autonomía de los centros docentes.

-Coño, eso es: Congreso sobre el éxito educativo y la autonomía de los centros docentes.

-Joder, no pega ni con cola. Pero, bueno, allá tú.

-Y tú. Tú te apuntarás, ¿no?

-No sé, ahora estoy con el asesoramiento para renovar algunos equipos informáticos... a ver si puedo sacar una tajadilla.

-¿Y qué más da? Mira, quiero pasar unos días con la Virtu, que sabes que se muere de envidia porque Federico ha cambiado de casa y de coche en sólo tres años que lleva en la Consejería... Pero, para no aburrirme, te vienes tú con la Conchi y...

-Pues no me parece mal. Necesito unos días de descanso. ¿Qué presupuesto tienes en mente?

-No sé... ¿50 millones?

-¿De pesetas?

-Hombre, claro. Tampoco hay que pasarse.

-Ponle 60, que después ya sabes, lo bajan y a ver si nos van a meter en un chiringuito.

-Tranquilo, 300 y pico mil euros. Ahora se lo dejo encargado a mi secretaria y que lo vaya haciendo. Por cierto, es nueva, ¿sabes?, y no está mal la muchacha, no.

-Luego me paso por tu despacho y la veo; ¿sobre las 12 y media?

-Sí, bien; pero a las 12 y media. No te retrases que es que me tengo que ir hoy a esa hora para firmarle un aval a mi cuñado; a ese que no da un palo al agua, el muy cabrón, pero es mi cuña´o, tío.

-Ya, ya. ¡Qué me vas a decir!

-Oye, Felipe, ¿te cobras? Y me das una facturilla... mete lo que estén tomando los tres de la barra. Sí, lo del Ernesto y compaña... Venga, hasta luego.


11 de la mañana.


Cafetería próxima a Torretriana.


Un camarero recoge los platos y tazas de dos desayunos vacíos...

... y seis copas que estuvieron llenas de Magno.


Con una sonrisa se mete el billete de 20 euros, la propina, en el bolsillo, mientras masculla:

“¡Qué cabrones!”

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SECCIÓN OLVIDOS CON SENTIDO

¿Sabía que...

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SECCIÓN UN PAÍS DE CHISTE

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