Vaya por delante que a casi todos los niños gitanos que he tenido les tomé mucho cariño, al igual que a casi todos los no gitanos.
Más importante aún es que estoy seguro que ellos también me lo tenían a mí.
Además, estoy en contra de cualquier discriminación (también de la discriminación positiva).
Por eso, cuando escucho al ínclito ministro de Educación manifestando que se va a proceder a poner en marcha una campaña para disminuir el absentismo escolar gitano no puedo más que pensar que se va a tirar a la basura otro montón de dinero que enriquecerá a algunos. Sus declaraciones son elocuentemente demagógicas:
La solución es mucho más fácil: tratar a los niños gitanos como a todos; ni mejor, ni peor... igual.
En los centros en los que he estado, he podido comprobar, en más de una decena de veces, cómo se ponía en conocimiento de los Asuntos Sociales la no escolarización y el absentismo de muchos niños payos (bien hecho). No he visto ni una sola vez, y mira que he trabajado con gitanos, que se haya informado a quien correspondiera del absentismo de alguno de ellos. ¿Por qué? Yo sí lo sé.
Yo he estado presente cuando le retiraban los vales para el comedor a unos niños que no eran gitanos que faltaban injustificadamente a clase; pero a ese mismo comedor fueron durante todo el curso niños gitanos que no pisaban el centro desde antes de Navidad.
Una niña de 15 años, gitana, interna en un centro de menores, que yo tenía en clase, me dijo un día, no recuerdo a cuento de qué:
- ...maestro, es que yo soy gitana, ¿tú no lo sabías?
- No -le respondí-, ¿y qué? A mí me da igual que seas gitana, paya, mora, negra, rusa o mediopensionista. Se trata de que tú aquí eres una alumna y yo tengo una responsabilidad para contigo que es que aprendas a leer, a escribir y a cumplir unas normas, iguales que para los demás.
No tuve desde entonces un solo problema con ella (no así muchos de mis compañeros) hasta que un día se escapó con su “marío” (cuarenta años mayor que ella) y nunca más volvió.
En resumen: todos los niños son distintos, pero a todos hay que tratarlos igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario