Acabo de llegar de mi paseo matinal indignado por lo que acabo de ver y, sobre todo, escuchar:
Acercándome en la ruta a un Colegio de Infantil, veo que salen dos fantoches (un fantoche y una fantocha) con una carpeta gorda cada uno bajo el brazo, se encienden un cigarro y comienzan a bajar una cuesta.
Como me parecieron unos desertores de la tiza, modifiqué mi camino y aceleré un poco hasta colocarme detrás de ellos a una prudente distancia para escucharlos.
Seguro que yo no daba la imagen de alguien que pudiera interpretar lo que decían porque con mis zapatillas de deporte, pantalón de chándal y camiseta azul con el emblema del camino de Santiago en amarillo fuerte, con barba dejada de varios días y sudando como un perro (hoy hace calor), a lo más que podía parecerme sería a un iletrado analfabeto ignorante de los temas “enseñantiles” y sindicales. Todo lo contrario: soy maestro -aunque ahora en paro- y he trabajado en un Sindicato durante muchos años. Pero bueno, mejor así.
La conversación fue, más o menos, de esta manera:
Fantocha (Fa.): ¿no vamos a coger el coche?
Fantoche (Fe.): no... vamos despacito.
Fa.: pues me parece que está en la otra punta.
Fe.: sí, sí... pero vamos despacito... cuando terminemos allí, serán las 12 o 12 y media... entonces nos tomamos unas cervezas en un bar que hay al lado...y sobre la 1 vamos al colegio que hay pegado al bar. Terminamos sobre las 2 y nos venimos dando un paseo, cogemos el coche y nos vamos; pero en vez de por la autovía, cogemos la carretera que va al “...” y comemos en alguna de las ventas que haya abierta. A las 5 estamos en la sede entregando los papeles y listo.
Para esto sirve una huelga: para que unos justifiquen que el sindicato es necesario hoy en día (ja, ja).
En mi carrera de interino he secundado las siguientes huelgas y en ninguna se consiguió nada (pero mi nómina sí se vio aligerada):
6, 7 y 13 de febrero de 1992
22 de noviembre de 2000
14 de diciembre de 2000
19 de marzo de 2002
2 de diciembre de 2003
9 de marzo de 2006
Fueron huelgas contra leyes, normativas y resoluciones, incluso alguna como protesta por agresiones al profesorado... para nada.
Influye mucho que el colectivo de los trabajadores docentes es el más dividido: interinos con más o menos tiempo, funcionarios en prácticas, funcionarios provisionales, definitivos que anhelan otro destino, definitivos que se jubilarán donde están, maestros, profesores de secundaria, profesores de taller, catedráticos, orientadores... egoístas todos.

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